miércoles, 6 de junio de 2012

La novela


   El uso del término “Novela” fue inicialmente para los relatos cortos, procedente del italiano “novella”, (noticia o historia) y a su vez del latín “novellus” (nuevo) fue acuñado por Giovanni Boccaccio para designar los relatos en prosa que componían “El Decamerón”, más adelante, Miguel de Cervantes hizo lo propio al nombrar a sus historias cortas “Novelas ejemplares”. Con la evolución del género, en la actualidad, es la designación usada para los escritos de mayor extensión y complejidad. Narra habitualmente en prosa y de manera ficticia hechos reales o imaginarios, permite presentar las situaciones en un orden y forma distinta a como se produjeron, logra fusionar ficción con acontecimientos reales sin importar lo fidedigno de la trama. Puede contener diversas historias cruzadas o subordinadas, infinidad de personajes que se perfilan y afinan con detalles, la ambientación es parte protagonista de la obra y se le destina especial atención en la creación literaria.

   Se le considera el género más complejo por su carácter abierto, dentro de sus páginas, siendo parte de los medios de creación, puede contener todos los géneros y subgéneros literarios y un amplio uso de recursos narrativos.

   Sus orígenes se remontan a las literaturas más antiguas, entre los relatos épicos de Homero y Virgilio en la antigua Grecia, en los “romances”  de la lengua neolatina: “El cantar del mío Cid”, hasta institucionalizarse a modo de género literario entre los siglos XVI y XVII, mayúscula muestra “Don Quijote de la Mancha”, considerada la primera novela moderna. No podríamos dejar de mencionar a “Robinson Crusoe”, pionera que contó una historia donde el amor no era el zenit de la trama.

   Importantes cambios se dieron en la narrativa para desarrollar el género de la novela que actualmente conocemos. No sólo se acrecentaron las páginas con discernimientos de los hechos. Los personajes se convirtieron en perfiles psicológicos completos y complejos; con detalles de sentimientos, pensamientos y emociones, sus raíces y acontecimientos familiares, su niñez, su adultez, amigos y estudios, llenaron las hojas.

   La ambientación dejó de ser el lugar donde suceden los hechos, para convertirse en parte provocadora de los mismos, cómplice de las desgracias y triunfos de los actores, como a un nuevo personaje se le dotó de pormenores y cualidades. Se ocuparon los escritores, de definirlo y detallarlo con esmero, desde los muebles y ornamentos, hasta el clima, los olores y percepciones del espacio.

   Debido a la creciente extensión de estas obras, para facilitar la lectura y orden de la historia, se dividió en partes, lo que afectó la forma de escribirlas. De aquí en adelante, los escritores redactarían sus novelas de manera que pudieran ser leídas en capítulos, respetando cierta continuidad y/o enlace de uno a otro. Llegaron los narradores omniscientes y omnipresentes, capaces de saber y explicárnoslo todo, los saltos cronológicos a favor de la estética del escrito y la propia psicología del autor.

   Clasificarla resulta una tarea larga, considerando que catalogar una obra en un solo estilo es prácticamente absurdo. Durante el proceso histórico de la creación del género novelesco, el tema jugó rol muy importante y de uno a otro fueron derivando y tomando lo que más gustaba. Así, recorrió el camino para denominarse romántica, de caballería, epistolar, realista, gótica, fantástica, negra, humorista, histórica, de aventuras, regionalista, de terror, policial, ciencia ficción y  otras cuantas designaciones.

   Definir una estructura fija para la novela, no es posible. Sin embargo, toda narrativa posee la combinación de la presentación de los personajes, el marco histórico narrativo, el problema o la intriga, el desarrollo y posterior solución de la contrariedad planteada. El “cómo el escritor” presenta, desarrolla y soluciona esta mezcla, es lo que hace a la novela magistral.

   La novela es el gran género literario, se reinventa y se reescribe en cada época, paseó por el romance, nos narró las grandes guerras, cumplió su labor social con la novela moderna y realista, resolvió los grandes crímenes con la novela policial, paseó los insólitos mundos con la ficción y la ciencia ficción, hizo de lo cotidiano algo fantástico con el realismo mágico. Pacientemente, trazaríamos sus caminos y evolución, desde las antiguas épocas hasta el presente, más sería una osadía definir a donde va…

7 comentarios:

  1. Interesantísima entrada!
    He aprendido con ella.

    En origen la novela era corta!! jeje.
    Bueno, a mí es una palabra que me queda grande... que no me gusta. Supongo que si definimos la novela en términos prácticos, medibles (extensión, estructura, etc), puedo decir que escribo novelas (aunqque no tenga ninguna publicada), pero sin duda, a mí me gusta más la palabra CUENTO.
    Si definimos el cuento en los mismo términos, es posible que no escriba cuentos... pero bueno, cada uno tiene sus manías y traumas. jeje.

    Saludos y enhorabuena por vuestro trabajo!
    Darka.

    ResponderEliminar
  2. Buena historia de la novela, me ha gustado mucho.

    un abrazo


    fus

    ResponderEliminar
  3. Es curioso que los a los relatos antes se les considerase novelas. Me ha parecido interesante la lectura, ya que yo escribo relatos cortos.

    Saludos

    ResponderEliminar
  4. Si alguien le dijera a alguno de los novelistas hoy en boga que antes se llamaba así a los relatos que hoy no venden ni dos ejemplares...

    ResponderEliminar